segunda-feira, 23 de junho de 2008

A surpresa emocionada de María Kodama na Exposição A Consistência dos Sonhos

Quando María Kodama acabou de percorrer a Sala de Pintura do Rei D. Luís do Palácio da Ajuda não escondeu a emoção, talvez porque, tão habituada que está a saber que palavras e génio são matéria suficiente para erguer monumentos literários, conseguiu captar, de forma singular, a riqueza contida nos documentos mostrados na Exposição, a vida que encerram, sim, mas também um aroma especial como se de uma respiração se tratasse, um latejar que habita páginas de há sessenta anos, inéditas, até que agora podem ser finalmente contempladas num caderno de apontamentos, num sonho frustrado ou num encontro glorioso, num contrato que diz «sim, publicamos» ou na pintura que viu o mundo mudado porque assim o narrava o livro que serviu de inspiração a Rogério Ribeiro... A exposição sobre José Saramago emocionou María Kodama porque ela sentiu, passo a passo, o esforço de escrever, a alegria de ter escrito, a suspeita de que continuaremos a ler um autor que parece ter já o seu lugar na história e que no entanto toma café, ao cair da tarde, sentado com os amigos no jardim da sua casa lisboeta...
María Kodama é uma leitora privilegiada. Aprendeu com Borges anglo-saxão e islandês para poder ler textos fundacionais de literaturas magníficas. Lê continuamente, quando viaja e quando se encontra em qualquer canto do mundo. Lê e sabe entender a vida das palavras. Lê, vê, e vendo incorpora no seu ser mais experiências que irão reforçar a sua capacidade de emocionar-se. Por isso saiu emocionada do Palácio da Ajuda quando, em silêncio, descia as escadas. Por isso, quando o ministro português da Cultura, José António Pinto Ribeiro, se aproximou para saudá-la, elogiou a Exposição com palavras breves mas rotundas, e dizia «maravilhosa» e os olhos brilhavam de forma contagiosa e as mãos, entrelaçando-se uma e outra vez, expressavam que algo íntimo e profundo havia sucedido nas salas da Exposição. E sim, a comoção chegou e instalou-se em María Kodama quando, depois de ter visto originais, a semente de uma vida, o tempo de silêncio, as tentativas, o esforço de escrever o memorial de um convento que tanto trabalho deu, o convento e o livro, depois da invenção de uma vida mais a Pessoa-Reis, depois de ter visto a reconstrução da humildade com que o escritor escreve, depois disso, María Kodama viu uma agenda escrita com uma data e um nome. Dia 14 de Junho de 1986. Saramago tinha assinalado esse dia porque nesse dia conheceu a que viria a ser sua mulher. María teria assinalado esse dia porque nesse dia morreu Jorge Luis Borges que foi, e continua a ser, o centro da sua vida. «Houve uma substituição», disse María mais tarde. Não: essas substituições não existem, ainda que aconteçam circunstâncias que reconfortam e que podem ser apreciadas por aqueles que, como María, fazem da força da sensibilidade o empurrão necessário para cruzar a vida.
No dia 20 de Junho A Consistência dos Sonhos atingiu a maioridade porque, uma vez mais, revelou emoções ocultas. A Exposição cruzou um equador que os leitores atentos saberão apreciar. Quem sabe não seria de colocar, junto à folha que assinala o dia 14 de Junho, uma flor fresca: para Borges e para María Kodama, que tanto nos ensinam e a quem tanto amamos.

La sorpresa emocionada de María Kodama en la Exposición La Consistencia de los sueños

Cuando María Kodama acabó de recorrer la sala Dom Luis del Palacio de Ayuda no disimuló su emoción, quizá porque ella, tan habituada a saber que palabras y genio son materiales suficiente para levantar monumentos literarios, pudo percibir, de forma singular, la riqueza contenida en los documentos que se muestran en la exposición, la vida que encierran, sí, pero también un aroma especial que es como una respiración interior, un latido que habita en páginas de hace sesenta años, inéditas hasta que ahora por fin pueden ser miradas, en un cuaderno de notas, en un sueño frustrado o en un encuentro glorioso, en un contrato que dice "sí, publicamos" o en la pintura que vio mudado el mundo porque así lo contaba el libro que le sirvió de inspiración a Rogério Ribeiro... A María Kodama le emoción la exposición sobre José Saramago porque sintió, paso a paso, el esfuerzo de escribir, la alegría de haber escrito, la sospecha de que seguiremos leyendo a un autor que parece ya estar instalado en la historia y sin embargo toma café a la caída de la tarde, sentado con amigos en el jardín de su casa lisboeta...
María Kodama es una lectora privilegiada. Aprendió con Borges anglosajón e islandés para leer textos fundacionales de literaturas magníficas. Lee siempre, cuando viaja y cuando está en cualquier rincón del mundo. Lee y sabe entender la vida de las palabras. Lee, ve, y viendo, incorpora experiencias a su ser, más experiencias para fortalecer su capacidad de emoción. Por eso iba emocionada del Palacio de Ayuda cuando, en silencio, bajaba las escaleras. Por eso, cuando el Ministro de Cultura de Portugal, José Antonio Pinto Ribeiro, se acercó a saludarla, elogió la exposición con palabras breves aunque rotundas, decía "maravillosa" y los ojos le brillaban de forma contagiosa y las manos, entrelazándose una y otra vez, expresaban que algo íntimo y profundo había sucedido en la sala de exposiciones. Y sí, la conmoción vino y se instaló en María Kodama cuando, tras haber visto originales, la simiente de una vida, el tiempo de silencio, los tanteos, el esfuerzo de escribir el memorial de un convento que tanto trabajo dio, el convento y el libro, después de haberle inventado una vida más a Pessoa - Reis, después de haber visto la reconstrucción de la humildad con que el escritor escribe, después de eso, María Kodama vio una agenda escrita, con una fecha y un nombre. Era el 14 de junio de 1986. Saramago tenía señalado ese día porque conoció a la que iba a ser su mujer. María tenía señalado ese día porque murió Jorge Luis Borges, que había sido, y sigue siendo, el centro de su vida. "Hubo un relevo", dijo María más tarde. No: no existen esos relevos, aunque sí se dan circunstancias que reconfortan y que pueden ser apreciadas por quienes, como María, hacen de la fuerza de la sensibilidad el empuje necesario para cruzar la vida.
"La consistencia de los sueños" el 20 de junio alcanzó la mayoría de edad porque, una vez más, desveló emociones ocultas. La exposición cruzó un ecuador que los lectores atentos sabrán apreciar. Quizá habría que poner, junto a la hoja que señala el 14 de junio, una flor fresca: para Borges y María Kodama que tanto nos enseñan y a quienes tanto amamos.


Pilar del Río